jueves, 2 de agosto de 2012

El silencio lo dice todo.

Empecé a hablarle del futuro, empecé a decirle mis planes, comencé a decirle que él también podía saber que existen oportunidades para el, un sitio mejor, mejor calidad de vida, mejor todo en comparación a lo que tenemos hoy día aquí en España. Le dije todo lo que podíamos hacer, un plan creado al milímetro y que sé que muchas personas darían su mano derecha sin pensarlo por irse a un lugar mejor, con mejores oportunidades y mejores prestaciones.
Y de repente cuando le afirmé que mis planes son esos y que no tengo ni considero cambiarlos, no por ahora, obtengo una callada por respuesta.

No comparte mis planes, y le pregunté si entonces alguno cedería y me dijo que lo veía difícil y yo no pienso ceder, no pienso tirar mis planes por la borda.

Los silencios son incómodos. Es la única conclusión que pude sacar, porque no confirma nada pero tampoco desmiente, ni da razones ni argumentos en contra.

Yo sé que estoy siendo egoísta, pero también sé que en algún momento de mi vida debo serlo. Y si todo se torna a mi favor, lo seré y es más no miraré atrás.

Los silencios muchas veces son incómodos, frutos de opiniones contrarias pero que no se quieren manifestar por miedo o simplemente por no comenzar una discusión. Yo lo comprendo, pero a la hora de la verdad, los silencios del pasado no me dirán nada.

--Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla--

No hay comentarios: