miércoles, 2 de febrero de 2011

Sucedió en verano.



Tu inconfundible aroma, era algo que me embriagaba, iba por los pasillos y allá donde mirara te veía por todas partes, aquello era como estar obsesionada. Era tu aroma el que no me dejaba tranquila, te tenia plasmado en mi y sentía la necesidad de hablarte, de decirte todo lo que llevaba dentro.

Cuando las luces se apagaban, cuando el timbre sonaba y los adolescentes se habían ido me entraba una necesidad imperiosa de ir hacia tu despacho y decirte todo aquello que me había servido para rellenar los cuadernos. No podía ser que esta locura pudiera conmigo, no podía ser que tu simple aroma me dejara petrificada, me amargara la mera existencia y me hundiera necesitando todos los días como el comer ver tu clase, ver tu moto aparcada en la parte de atrás. Me decía a mi misma que era simple que con dejar de pensar en ti se solucionaba pero no podía. Era lo más prohibido que tenía en mi vida, por ello, estaba empezando a obsesionarme demasiado con mi aspecto, con mis estudios, con mis amistades. Todos mis amigos me parecían críos cuando se preocupaban solamente si habría partido de fútbol los viernes. En cambio tu me llenabas con todo lo que decías, me dabas motivos para leer libros que apenas comprendía y que tardaría años en entender, creo que nunca te diste cuenta de lo que significaste para mi.

Y entonces sucedió que alguien escuchó mis plegarias que empezaste a darte cuenta de que no era una simple adolescente. Me saludabas, me sonreías y creo que eso me bastaba pero aquel día te juro que fue el mejor día de mi vida. Fui a la librería el jueves, a comprar el libro que una vez más me recomendaste y me encontré contigo. Fue irreal pero comenzamos a entablar conversación y no sé supongo que se paró el tiempo y lo disfruté. Algo comenzaba a ir entre nosotros, yo lo sabía y el lo sabía pero qué más podía pedir. Ese verano acudí a un campamento de músicos como voluntaria y allí estabas tu dando clases. No sabía si quiera que tuvieras guitarra. Pasó lo que pasó y fue realmente alucinante. Te amaba, te quería, tenía las hormonas alucinando en colores y sabía que era real. El campamento se acabó, me dijiste que nos veríamos en clase y todavía sigo esperando.

Para mi sorpresa hoy cuando fui a hacer un examen y me encontré con él. Un saludo cordial, unas preguntas rutinarias y de cortesía y bueno cada uno por su camino. Pienso que a lo mejor ha sido un sueño, hago el examen pensando que todo es irreal y un sueño y bueno no sé qué pensar. Intercambiamos teléfonos y me dijo que me llamaría, espero que no lo haga porque entonces tendré que contarle lo que supuso para mi no volverlo a ver... 

6 comentarios:

galmar dijo...

jo, es triste! espero que las ilusiones no sean vanas, que eso se lleva muy pero que muy mal :) un besote muy grandeeeeee :))

Gata dijo...

Ayssss, esos amor adolescentes... Es muy común enamorarse platónicamente de un profesor (era profe, no??) cuando estás en plena adolescencia.
Claro, que decirte que te iba a llamar y luego no hacerlo... ya le vale! Supongo que tuvo miedo.

Y el reencuentro, te ha removido sentiminetos del pasado? O lo pasado pasado está?
Besos! bonito post

teologiadeS dijo...

Recuerdos siempre se remueven pero claro no se no es lo mismo...

Un saludo y gracias por comentar!!

VanBasten8 dijo...

Duele mucho recordar...sobretodo cuando hay buenos momentos que recordar... Pero hay que seguir querida.

Ánimo y un saludo.

pd: http://www.youtube.com/watch?v=sEf0djqQ6mM te dejo algo de Reggae por si te anima xD

Anónimo dijo...

Si que duelen esas cosas... pero imagino que para él tuvo que ser difícil también, ya que era tu profesor.

Siempre he pensando que la vida da muchísimas vueltas, y que ese tipo de historias no se pueden quedar en el aire... siempre hay una segunda oportunidad, y es desición de cada uno tomarla o no ;) jeje

Si te llama, disfrútalo :)

Besitos!!!

Pilar Abalorios dijo...

Quizás no serías quien eres i la vida hubiera transcurrido de otro modo, conserva el recuerdo, es precioso.