miércoles, 8 de diciembre de 2010

La gula.

Esta entrada es para hablar y dar mi grito de guerra sobre el considerado último de los pecados capitales.
Es el último que menciono pero no por ello más ni menos importante.

Lo expondré y otro día haré mi conclusión sobre esto de pecar.

LA GULA.

Comer por comer, aunque uno esté saciado sigue comiendo, aunque no tenga hambre, come. Come con la excusa de estar contento, deprimido, nervioso, cansado, hambriento, aburrido. Come. Come y come hasta que revienta, hasta que no puede más pero pasa un tiempo y sigue comiendo.

La gula es un pecado que todos cometemos y no hay excepciones, la gula habla del exceso del comer por comer, del hacer por hacer sin necesitarlo. La gula es como la cleptomanía que no lo necesitas pero lo haces. La gula es mala, todos nos vemos sucumbidos a ella siempre por algún alimento en concreto. 
Me pierde el chocolate, no tengo hambre pero siempre me puedo comer un cuadrado de chocolate antes de nada.

Diría que la gula viene acompañada de muchos otros pecados como la envidia y la soberbia. Nos creemos a veces que por comer más somos mejores, que por comer más y mejor tenemos más calidad de vida y esto es mentira. Hoy en día se ha impuesto una sociedad consumista pero a la vez con unos cánones de belleza que superan los límites de la extremidad. O la extrema delgadez o la extrema curvatura. 

A todas las personas, hombres, mujeres, niños y ancianos nos puede la gula siempre y en algún momento del día. Para la gula realmente no tengo una queja porque la gula es digamos el pecado que mejor se autorregula y con esto quiero decir que la gula se sufre en nuestras carnes, cuando nos pasamos al comer lo notamos cuando vamos a dormir, o cuando vamos a hacer otras cosas, el exceso sienta mal y se nota físicamente. 

Ahora vienen tiempos de navidad lo que significa excesos y luego los posteriores arrepentimientos. Llegamos a una navidad donde comer es la única solución que nos podemos permitir a los problemas, llegamos a una navidad en la que nos vemos tentados por la televisión y los supermercados al consumo de bombones y turrones en exceso por tanto, se demuestra más a mi favor que todos los seres humanos somos débiles ante este pecado, somos personas que no vemos la salida a la gula, que comemos y luego lo pagamos caro pero aún así lo hacemos. 

Esto es así. La gula está ahí porque se comete en un exceso preocupante pero su mismo pecado trae su redención. Persona que se deja llevar es persona que realmente paga caro las consecuencias. 

Ahora bien, nosotros no tenemos el suficiente control de nuestras almas para redimirnos lo suficiente y siempre caemos en ese pecado una y otra vez. Es por eso por lo que este pecado está saciado y quiere más quiere más y más pecadores por gula porque no tiene nunca suficiente. Es una pescadilla que se muerde la cola. 

Todos hemos dicho una y no más veces probaré tal cosa porque reventé aquél día. Y lo hemos hecho de nuevo. ¿Qué fue y qué os pasó? 

A mi personalmente por gula por pura gula me dio hace 5 años un atracón de kikos, el fruto seco y me puse muy mala, al día siguiente y hasta hoy no he vuelto a probar un solo kiko. 

2 comentarios:

Mar dijo...

Hola, Teologiades:

Yo sólo he conocido una persona que no sucumbe al pecado de la gula y es mi hermana. Come para vivir, no vive para comer.

Lo cierto es que está delgada.

El único capricho que tiene es el zumo de naranja, que suele beber en lugar del agua durante la comida y la cena.

Saludos.

CreatiBea dijo...

Bendito pecado... Me encanta comer, aunque lo de la gula es peligrosillo...

Bueno, que como bien dices, creo que todos hemos pecado de gula. Mi atracón más horrible creo que fue de churros, no sé si fue el más fuerte, pero sí el que más recuerdo... ufff como repiten...

Besetes!!!