miércoles, 15 de diciembre de 2010

Un punto de apoyo.

Hoy quiero abogar y dar un premio a las personas que al final del día solo tienen palabras bonitas, reconfortantes, algo picantes y bastante sinceras, palabras con preocupación dentro de ellas, palabras que denotan cariño y amor.



Las personas que al final del día nos regalan una sonrisa, un te quiero, nos arrancan buenos gestos, nos piden sonreír por ellos. Las personas que logran sacarnos buenas palabras del mundo cuando hemos prendido una cruzada contra éste. Las personas que se reparan a preguntarnos si somos, si estamos, si padecemos, si sentimos. 

Hoy un simple como estás ayuda, un simple todo va a ir bien aunque a través de la ventana vea como arde el mundo sirve, un simple te echo una mano, un simple estar callado pero en la presencia de esa persona. 

Las personas que hoy reparan en nuestros sentimientos, que se preocupan y que son pesadas. Las personas que nos escuchan siempre y nunca se hartan, las personas que están para las locuras, para las tonterías, para las penas y para las glorias. 

Puede ser el mejor amigo, la pareja, el marido, la madre, el padre, el hermano, la hermana, una persona vecina, un conocido, digamos que en esto de reconfortar no hay un patrón establecido.

Sabemos de sobra que no soluciona nada, que mañana cuando nos despertemos el problema sigue ahí, que al rato cuando nos volvamos a dar cuenta el problema sigue ahí, nos damos cuenta que las personas por mucho que intentemos ayudar con las palabras, pensamos que no sirve pero todo lo contrario porque de esas personas depende que te vayas a dormir con una sensación u otra. Diré que me encanta saber que por lo menos hay gente que se preocupa por mi, que me puedo sentir sola, que puedo querer odiar la vida y aun así habrá gente que me pregunte y quiera saber de mi.

Sentirse reconfortado a día de hoy es muy importante porque socialmente es estupendo, anima y enorgullece saber que se tiene gente ahí. Es como cuando lo vemos todo negro y de repente una de estas personas agrega un rallo de luz nimio pero importante y otra persona también hasta que logran pintar de color toda la oscuridad que poseías.

Hoy me iré a dormir pensando que las personas así son las que realmente merecen la pena y que tener a alguien así a tu lado es para sentir orgullo.


5 comentarios:

galmar dijo...

Ojalá ayuden:)) un besote grandeeee:))) sabes con lo que me gustaría soñar a mí hoy? Con desayuno con diamantes, tengo la canción de moon river dando vueltas por el tejado de mi habitación:) Bueno, cambiaba los protas:)))

Anónimo dijo...

Muy bonita tu entrada :)

Estos días ando media enfadada con la gente de mi alrededor... y me ha venido bien leerte, me has recordado que también hay gente buena, que nos apoya... y me he alegrado al recordar que yo cuento con unas cuantas asi :)

gracias y besiitosss

VanBasten8 dijo...

Lo maravilloso que es tener tan sólo una persona así cerca, verdad?

Espero que de alguna manera u otra, tus lectores seamos un apoyo como tu lo eres para alguno de nosotros con tus realidades escritas :D

Alondra dijo...

¡Hola! tu escrito es hermoso porque en el fondo pedimos muy poquito, una simple sonrisa, que nos tomen de la mano, una mirada cómplice... eso si, no olvidemos que para recibir hay que dar y a veces pensamos que lo demás tienen que adivinar...
No siempre contesto pero me gusta leerte porque en tus palabras dejas mucho corazón.
Besitos.

Pilar Abalorios dijo...

Si fueramos conscientes de lo poco que cuesta una sonrisas, una pregunta amable, un par de minutos de escucha, seríamos mucho más generosos.
Mucha verdad hoy en tus palabras.
Un beso