lunes, 21 de marzo de 2011

Madre Tierra

A veces las imágenes valen más que mil palabras y la ausencia de imágenes denota más que la imagen propia. Estamos viviendo momentos de desesperación, de incertidumbre y de temor, nos cuesta decir en voz alta nuestros miedos porque sabemos que tarde o temprano se harán realidad, saldrán a la luz y nos devorará cual terremoto, cual bomba, cual persona que quiere arrebatarnos nuestra vida.

Ahora más que nunca nos damos cuenta que a todos nos da miedo la misma cosa, que sentimos que la finitud está detrás nuestra y notamos en la nuca como exhala su aire desnudo, está tan presente, tan cerca y a la vez tan lejos, sentimos que se termina el mundo, tenemos miedo pero no queremos reconocerlo porque si lo decimos en voz alta tal vez resulte peor, vamos por la calle meditando y dándonos cuenta de que a dónde vamos a llegar, todo en esta vida tiene un final pero unos han firmado ya de por vida y adelantan sus muertes de manera acelerada.

Desde chica he pensado que si me metía debajo de mis sábanas era invencible, que nada ahí debajo podía hacerme daño o tocarme incluso, la pequeña realidad, el pequeño sueño de ser inmortal, de ser invencible y de que el mundo se podría ir a la mierda que a mi no me afectaría debajo de la manta.

Cada día que pasa y cada día que voy acumulando en mi espalda, experiencia y sabiduría me deja más a entre ver que ya no hay nada de esa niña que se escondía debajo de la sábana porque esa niña se ha dado cuenta de que nada se puede hacer ya. Se deberían haber hecho muchas cosas antes de haber visto las orejas al lobo, se deberían haber unido fronteras, haber hablado diferentes líderes, haber establecido diferentes promesas todas a poder cumplirlas.

Te haces mayor y apesta porque te das cuenta que nadie hace nada por ti, que todos son egoístas y que este mundo necesita una redención para darse cuenta del enorme daño que está haciendo a la naturaleza.

Ahora puede que salga mi yo más creyente pero la verdad es que creo que el terremoto y el maremoto es un castigo porque algo mal estamos haciendo. Solo quiero tomar conciencia y por lo menos poder decir algún día que yo contribuí con la madre tierra en algo. Hoy plantando un árbol y mañana espero que cuidando de la tierra que nos queda.

Esa es la niña asustada que se oculta en mi interior, me falta el coraje, me falta el valor...

4 comentarios:

Pilar Abalorios dijo...

Pero tienes los ojos abiertos y la dosis justa de indignación que sin duda te permitirá hacer de este un lugar mejor, porque poco a poco, paso a paso, es posible.

CreatiBea dijo...

No es que estemos haciendo algo mal, es que llevamos siglos haciéndolo muy mal. Nos hemos cargado el planeta...

Yo también tengo rabia y me indigna lo que esta pasando y más, no poder hacer nada.

CreatiBea dijo...

No es que estemos haciendo algo mal, es que llevamos siglos haciéndolo muy mal. Nos hemos cargado el planeta...

Yo también tengo rabia y me indigna lo que esta pasando y más, no poder hacer nada.

Anónimo dijo...

Yo creo que muchos estamos igual. Nos hacemos mayores y nos damos cuenta de lo que hay.

Pienso que el ser humano necesita explotar los recursos de la tierra, para sobrevivir... nos hemos cargado el planeta, pero dudo mucho que hubiésemos sobrevivido de otra forma.
En clase he estudiado que ya desde la prehistoria, el hombre se había cargado todo el bosque de la isla de Fuerteventura (que hoy es prácticamente un desierto).
No son sólo los avances, es que necesitamos de ese medio para la vida.

Besitos!!!