domingo, 28 de noviembre de 2010

Avaricia

Yo diría que la avaricia está muy relacionada con la envidia. La avaricia es el deseo de siempre más y mejor, mucho más y mucho mejor hasta conseguirlo todo y más. 

Es el querer más aunque no sirva para nada. El querer más aunque se tenga suficiente, el deseo de algo por encima de cualquier cosa y cuando lo tienes sigues sintiéndote igual que al principio, es la motivación por lograr tu meta lo que te mantiene vivo. Cuando lo logras pues a otro objetivo porque la adrenalina, la pasión y la fuerza usada para lograr tu deseo es lo que más te llena. 

Puede que la envidia desemboque en la avaricia, puede que la avaricia sea el comienzo de los pecados en si, que todos estén relacionados y que sean unos consecuencias y causas de otros. O puede que la avaricia sea el arma usada por todos los magnates de los negocios.

La avaricia es un pecado porque ansías todo lo que existe y cuando lo tienes no te conformas porque quieres más. La avaricia es un pecado porque ha llevado a romper familias, a hacer daño para conseguir lo que quieres, a ir a límites insospechados por algo que quieres, a usar a otras personas que quieres por simple avaricia, pero el mero hecho de tener todo lo que deseas no te conforma porque quieres conseguir lo máximo y no para fardar de ello, que en este caso se convierte en la envidia, no, es para tener más para decirte a ti mismo todo lo que consigues a costa de situaciones, personas o actos que no son dignos. La avaricia es sutil, es fría, es asesina en serie, ladrona de guante blanco. 

Este pecado entra muy en juego con el dicho "el fin justifica los medios" y la verdad creo que es por esto por lo que se considera un pecado porque la persona en cuestión obnubila su conciencia, se plantea una meta y trata de pasar por encima de todas las personas o cosas que se intenten poner en su camino. Esto es malo, porque no se debe conseguir las cosas que uno quiere por encima de todos.

La avaricia se toma victimas que realmente no debería tomarse, la avaricia ataca a las personas débiles, les desvirtúa la realidad y logra lo que quiere que las personas pierdan la cabeza, se obsesionen y a veces mueren en el intento.

Una chica se sentía fea, se sentía gorda y cuando todos la miraban por la calle sentía que todos se reían de ello. Esta chica se propuso un objetivo perder peso. La avaricia llegó, la miraba detrás del espejo, la avaricia comenzó a apoderarse de ella y ella comenzó a adelgazar, pero no era suficiente y lamentablemente es el final que esperáis, la encontraron muerta por pesa 25 kg y tener 20 años y medir 1'65.

Y la diferencia está en la persona que usa bien la avaricia y la persona que no. Un ejemplo que espero comprendáis es un ladrón que roba porque quiere un coche, roba dinero o roba un coche directamente. Y luego está la persona que quiere el coche más caro del mundo o que quiere otro coche y a diferencia de ello trabaja para ganar el dinero y poder comprarlo. ¿El fin justifica los medios? La persona avariciosa quiere más coches, quiere poder comprar más coches y monta un negocio, le sale bien y consigue mucho dinero para tener todo lo que quiera y de repente quiere más, quiere mucho más. Entonces intenta conseguirlo bien pero cuando ha logrado tener todos los coches del mundo se siente vacío 

La avaricia ha motivado a una persona lo suficiente para lograr otro vicio, que no deja de ser vicio pero por lo menos podrá decir que es un vicio conseguido con sus propios méritos, aunque luego termine porque la persona avara se vuelva como todos los demás, un pecador.

La avaricia rompe el saco en este caso y al ladrón lo encarcelan, igual puede pasar con políticos que se pasan con desviar fondos a cuentas en paraísos fiscales, pero bueno en temas de política ese mundo está muy regido por los pecadores capitales.

Hay que ser avaro pero siempre en la medida justa. 

3 comentarios:

CreatiBea dijo...

Yo creo que una cosa es la ambición (que en algunos casos, es algo muy bueno como motivación) y otra cosa es la avaricia...

No me gustan los avaros nada.

Feliz Domingo

I. dijo...

muy buena la frase final ;D

Pilar Abalorios dijo...

La avaricia, prima hermana de la envidia, pero sin su pizca de ternura, es el pecado que peor me cae, me cuesta encontrarle nada bueno.

Tener y tener, solo puede ser el reflejo que quien no es.