martes, 23 de noviembre de 2010

Envidia

Cuando pueda escribiré sobre uno de los pecados capitales hasta que escriba sobre los 7


La envidia nos corroe, la envidia nos provoca estados de ánimo distintos a los comunes. 

La envidia pinta la realidad a su querer y semejanza, la envidia es mala. Por envidia surgen guerras, surgen peleas entre amigos, entre personas que se aman y entre personas que no se conocen de nada. 
¿Porqué amar lo que tiene tu prójimo y no alegrarte por ello? ¿Porqué dejar que un estado de ánimo, que un sentimiento o que una vena que nos da destruya a veces todo lo que tenemos?
Hay gente que piensa que esto no es para tanto y otros que tienen miedo a este sentimiento porque sabe que es un arma letal que se puede apoderar de nosotros en cada momento de nuestro día a día y de nuestra vida. 

La envidia es un gusano que lentamente se adentra en tu cuerpo y te pica, la envidia nos hace enloquecer a muchos e ignorar a otros. La envidia provoca adicciones, peligros, insatisfacciones. La envidia es un paso hacia los celos, la envidia es una muestra de inseguridad, de inmadurez. Todos los niños son envidiosos pero porque necesitan llamar la atención de sus padres, profesores y amigos para ser mimados y protegidos. Son envidiosos porque así logran llamar la atención. "Quiero esto porque fulanito tiene uno mejor" y muchos ejemplos más. Si reforzamos la envidia tenemos que ser conscientes que creamos una persona que tendrá una parte de su alma constituida con un pecado capital. 


Pero...Siempre hay un pero. 

Y si la envidia no es tan mala? Y si la envidia motiva a conseguir logros para que los demás nos envidien y ser nosotros los envidiados. Y si la envidia fue creada para hacer al hombre competitivo y encontrarse donde nos encontramos hoy, en una sociedad más avanzada que nunca. Entonces estamos ante la duda de saber si al final es bueno o malo tener envidia. 

La envidia a veces nos puede provocar sentimientos de destrucción al prójimo, sentimientos de que lo pase mal y nosotros querer ver como éste lo pasa mal. Pero y si nos crea sentimientos de querer hacerlo mejor y enseñarle en su cara que podemos ser y tener cosas mejores que la persona a la que envidiamos. 
Todos somos pecadores de envidia en algún u otro momento. Todos hemos sentido ese monstruo verde acercarse hasta nuestra cama para desearnos buenas noches o no tan buenas. 

De la envidia nace el regodeo y el recochineo que son dos palabras que odio. No hay nada más que odie de una persona que esté siempre jactándose de sus logros, no lo veo lógico, sabes que eres y tienes más cállate para qué lo publicas para ganar enemigos o ganar envidiosos. 

¿Acaso hay ojos de la envidia mala y de la envidia buena?
¿Acaso no hemos sufrido todos ambas envidias?

Desde mi punto de vista creo y armo una teoría que es difícil de desmontar.

La envida no es mala del todo. La envidia hace mala a la persona débil y aún más fuerte a la persona que se sabe controlar. La envidia nos pertenece desde niños y depende de cada uno de nosotros ser el envidiado o el que envidia. Y también depende envidiar de buena o de mala manera. 

Ahora bien, ¿qué os consideráis vosotros? ¿Estáis de acuerdo conmigo?

Mañana otro más.

10 comentarios:

Juan Ruiz dijo...

Desde siempre nos han inculcado que la envidia es mala y sostener la postura contraria se me hace difícil. Las personas de deberíamos caer en la red de la envidia porque soy de la opinión que ésta nos alcanza, nos atrapa y nos envuelve, ahí está la sabiduría de cada cual, o dejarse liar por ella o simplemente tratarla como una simple tela de araña que podamos romper con un soplo de viento....

Agus Simeone dijo...

muy buena reflexion , besote :D

CreatiBea dijo...

La envidia para mi siempre es mala, aunque, como bien dices, sí que genera competitividad y te puede hacer más fuerte... pero no quiero sostenerme yo sobre esas bases. Hacen tanto daño los envidiosos...

Una estupenda reflexión.

teologiadeS dijo...

Muchas gracias a vosotros y es verdad que se considera socialmente mala pero hay personas que saben usar esa maldad a su favor.

Un saludo y muchas gracias por vuestra opinión.

Abbie dijo...

Yo la envidia siempre la he considerado mala, supongo que porque desde pequeños se nos inculca muchísimo esa idea. De todas formas, ¿Quién no habrá dicho alguna vez la frase de: Qué envidia más sana me da.."
Porque yo sí la he dicho.

teologiadeS dijo...

Cierto, se me olvidó mencionar la envidia sana. Se supone que esa es la buena? pero porqué?

Un saludo de vueltaa

.A dijo...

la envidia creó mis celos..

Pilar Abalorios dijo...

Con la envidia es dificil bailar en el filo de la naranja, casi inevitablemente te caes en la zona oscura, y en ella el miedo lo inunda todo.

Anónimo dijo...

Interesante tu idea sobre los pecados capitales, aunque debo decir que en mi opinión, los que son 7, bien podían ser 70.

Dicho esto, turno para la envidia… Lo has definido perfectamente, no tiene porqué ser mala, es algo así como el ejército, hay fuerzas de paz y fuerzas de guerra, pero en su esencia nadie sabría distinguirlas. No creo que dependa de nosotros el ”ser envidiado o el que envidia”, cierto es que todos hemos sentido, sentimos y sentiremos envidia, de la buena y de la mala, pero sentirla es una cosa y permitirla tomar el mando es otra.

Envidioso no me considero, más bien acepto mi lugar en el mundo aunque más de una vez tengo que apretar los puños, y envidiado menos aún, no creo que tenga nada que alguien pueda envidiar. La envidia está ahí, en todos, va en nuestro código genético y en lo que sentimos y vemos alrededor, pero la decisión de un camino o de otro siempre es nuestra.

Un beso envidioso.

teologiadeS dijo...

Cierto es lo que dices y también es cierto que envidiar lo llevamos en la sangre aunque de nosotros depende que esto nos ayude o nos eche la mano al cuello.

Otro beso envidioso.