sábado, 18 de junio de 2011

Personas.


No he podido impedir sentirme atraída por esta imagen. 

Todas las mañanas a las 8 de la mañana ya estoy despierto, me aburre estar en la cama. Me levanto recojo las cosas, hago la cama, desayuno algo y me pongo en marcha. Mi rutina es simple, ir a hacer la compra, a visitar a mi hija, ayudarle un poco con el niño pequeño y volver a casa al comprar el pan en la esquina con la avenida grande. 
Todas las mañanas igual, al llegar preparo la comida, enciendo el televisor y me quejo de los jóvenes de hoy en día, jóvenes que se quejan por todo, que piensan que así van a solucionar las cosas y que no saben lo que es pasar por una guerra. 
Después de comer doy unas cabezadas en el sofá de tu abuela... tu abuela esa mujer santa que me dejó en el peor momento, no la culpo, la amo y ojalá pronto nos veamos. 
Un poco más tarde me bajo al parque, juego al chinchón, juego en el que cada día veo a más jóvenes interesados, comparto batallitas de la guerra, de la vida y demás historias que me alegra contar. 

Me siento frente al estanque a ver a las parejas pasear, a los padres llevando a sus hijos al parque, a los niños corriendo y jugando, a las mujeres en una clase de pintura, me siento con unos pocos rayos de sol pegando en mi calva, me pongo el sombrero y miro los pájaros.
Los pájaros que son simples aves. Nadie repara en ellos lo suficiente como para saber que cada año hacen miles y miles de kilómetros buscando los mejores lugares y las mejores compañías, en fin, ellos son pájaros y yo solo soy un viejo mirando un estanque.

No es solo un viejo, es historia, es capacidad, es un sabio del que hay mucho por aprender. 
El te puede enseñar más que todos los libros que has creído alguna vez entender. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Indudablemente : Él...
Y tú también.




Un saludo en forma de beso y salgo corriendo que tengo muchas cosas que explorar.

Pilar Abalorios dijo...

Si nos diesemos cuenta de cuanta riqueza nos rodea, sin duda seríamos mejores personas y tendríamos una sociedad más sana.

Preciosa entrada, ausente de azucares añadidos y por ello tan dulce.