miércoles, 4 de agosto de 2010

Ira


A su paso se hundía la luna, a su paso se rompía el sol, a su paso se abrían los mares de un lado al otro gritando la plegaria para no sufrir por su ira.

A su paso levantaba todo el peso que pudiera, cogía con las manos las nubes y les soplaba para que jamás volvieran a tapar el cielo.

A su paso cogió cada estrella y la rompió con sus fuertes y ágiles manos.

A su paso un halo negro la seguía desde el inframundo llevándose a todas las personas con ella para que discutieran y se mataran. A su paso el resto parecía venido a menos, sacado de un cuento de ficción y para niños.

A su paso todo ardía en llamas, todo era negro, en sombras, sin color, o borroso. Todo eran ascuas, cenizas y polvo.

Ira. Se llama ira y todos la temen porque cuando estalla arrasa todo a su paso, dejando caos y destrucción.

Ira que no furia, que no enfado, que no agobio. Ira que simplemente se convierte en huracán de gran envergadura dispuesta a terminar con toda la felicidad que los seres más normales posean. Ira que solamente te dedicará una sonrisa cuando vea que tu inexistencia es inminente.
Ira es el reflejo de las almas pobres, enajenadas, violentas, deprimidas, el reflejo de las guerras, las peleas, las discusiones, los delitos.

Ira, que nos llama en la noche oscura para que vayamos a su morada en la que pasaremos una velada bastante dolorosa por nuestra parte.
La ira. La tendremos como respuesta a nuestros actos, la tendremos porque la gente no sabe qué decirnos para calmarnos, la tendremos cuando nos hinchen las narices de tal manera que solo nos quede reventar, por dentro y por fuera. Estallar contra una pared algo que nos de igual, romper algo que nos suponga placer.

Ira que se mezcla con la pasión que sentimos por la destrucción y el impulso por el exterminio de todo lo que suponga que otras personas no sienten lo mismo que tu.

Las personas que poseen ira se quedarán jugando al poker de los apestados, de los que dominan el mundo, de las personas que jamás tomaron las decisiones correctas o que jamás adoptaron el camino correcto.

Estallaremos y salpicaremos a todos los que estén a nuestro alrededor, será una pandemia que acogerá a todas las personas por igual, se extiende por aire y es imposible pararla.

Si te encuentras con ella no puedes huir, no puedes mostrar miedo, no puedes ser débil porque lo nota, lo huele, lo siente, lo padece, lo percibe. Te dará dos opciones, acogerte en su seno para convertirte en un renegado, en un fugado, en una persona con ira o morir intentando ser feliz o siéndolo.

En tu mano está la decisión y a saber la que tomas, pero intenta que no te perjudique mucho porque lo que no quieres es provocar más ira de la que ya posee esa señora de gran talla y peso, así como de tosco y mustio corazón.
Ira te despertará en la madrugada o se meterá entre tus sábanas, te acariciará y obligará para que tengas un mal sueño, un mal día, una mala comida, una mala compañía y decidas que es mejor explotar antes de acostarte porque lo mismo mañana al ser otro día no le toca a ella llegar hasta el cabecero de tu cama...

La ira es nuestro auténtico enemigo ya que se haya en nuestra mente. La ira no cambia nunca su naturaleza. Siempre hiere y destruye. Y lo que es peor, aniquila nuestras propias fuerzas y energías.

Dalai Lama

4 comentarios:

Pilar dijo...

La ira nace de la insoportable sensación de estar siendo atacado, vulnerado de forma injusta. La ira estalla desde el dolor y el miedo, y solo se acaba cuando se agota, normalmente envuelta en llanto.

teologiadeS dijo...

Muy grata tu reflexión.

Silvia☺ dijo...

lA IRA TEATACA PERO lo que uno tiene que hacer es aprender a dominarla y ni en el peor momento dejarla salir
Un besote si puedes pasate!!

Mandarina López dijo...

La ira es un pequeño organismo que guardamos dentro de nosotros, si lo alimentamos lógicamente crecerá y atacará. La mejor forma para extinguirle es usar insecticida de felicidad.
Muy buena la entrada de hoy.
Saludos!