lunes, 18 de octubre de 2010

Adiós esperado



Y eso fue todo lo que quería saber de ti. Allí me encontraba con unas voces que de fondo se escuchaba, con las ganas de tocarte el cuerpo, de sentir tu calor, tu piel, tus latidos. 


Nos encontramos en la madrugada dónde tus anhelos se hicieron mágicos, dónde tus caricias cobraron vida, dónde el tiempo pasaba raudo delante de nuestras caras sin dejarnos lugar a pararlo. Burlándose de nosotros se hallaba aquel conejo con su reloj. 


Confundí texturas en aquel cuarto azul oscuro casi negro, confundía tus caricias con los simples roces de las sábanas, sábanas que tenían historia, sábanas que se pusieron de acuerdo para llevarme a la locura. 


No más. Ese fue el beso del adiós, la despedida, la pasión de la pérdida, el temor de que el tiempo se haga eterno. No quería pasar allí un segundo más, no quería mirarte, ni tocarte pero todos mis prejuicios se desvanecían al sentirte. 


Un adiós que no un hasta luego, que no un hasta pronto, no. Un adiós, el final de una era, el final de nuestra historia de 2. Un final que nada más lejos de la realidad no fue amargo, simplemente fue algo que debíamos haber hecho hace mucho tiempo y no hicimos por miedo, por los recuerdos o por todo lo que habíamos compartido el uno con el otro. 


Miedo quizás o simplemente aceptación de que algo había terminado hace mucho tiempo, que no nos atrevíamos a dar el paso por el miedo a la soledad?


Lo hicimos, la despedida no fue amarga, sabíamos que había llegado el final y simplemente decidimos aprovechar los últimos momentos de aquella noche mágica buscando en nuestros recovecos para descubrir algo que estaba escondido. Disfrutamos del otro cuerpo al máximo, disfrutamos del otro sentimiento sabiendo que el día siguiente vendría lo que venía.


El adiós, los últimos besos y las últimas caricias. El miedo a la soledad ya es un añadido, ya no podíamos temer más nada después de todo lo que habíamos pasado. Era algo que no podía pasar, era un miedo inexistente, un paso que dimos, tarde pero lo dimos. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno tu blog, si te interesa te dejo el mio

http://postsdeunreinoalien.blogspot.com

Nos leemos, saludos

Trix dijo...

Muy bonita y a la vez triste esta entrada... A mí tampoco me gustan las despedidas...
Me uno a tu blog, si te apetece pasarte por el mío...
Un saludo!

Pilar Abalorios dijo...

Despedirse duele y hacerlo así deja el alma encogida y helada.
Un abrazo