lunes, 25 de octubre de 2010

Hablar sin saber.


No me gusta dar una opinión si no he tenido experiencias en el campo del que se habla o si sé de alguien muy cercano que las haya tenido.

X:-"Yo nunca pondría los cuernos, yo nunca me enamoraría de alguien que tiene pareja, yo nunca sería el segundo plato de nadie"-

Ahora bien, tienes dos opciones, o callas y te aguantas tu opinión, o hablas, eres sincera y lo mismo su imagen de ti cambia. 

Sinceridad ante todo. Y allí estaba yo discutiendo con una persona que jamás pensé que discutiría. 

El destino nos pone pruebas, el destino nos da opciones, no nos ponen una pistola en el pecho y como siempre digo, el sexo es de dos, el tango es de dos, las peleas son de dos y uno no hace todas estas cosas sólo porque no se puede. 

He oído muchas excusas, "iba borracha", "estaba en un mal momento", "me engatusó". No. No aguanto eso, muy bien que haya pasado todo eso pero al final quién decidimos somos nosotros. Actuemos en consecuencia, no nos quejemos y admitamos los errores así como los castigos. 

Pues bien allí me encontraba enzarzada en una acalorada y apasionada discusión. Sé de las cosas que hablo y me gusta habla con propiedad, me gusta escuchar todos los puntos de opinión, rebatirlos y me encanta sembrar dudas, sea en el tema que sea. 

Siempre digo que nosotros podemos estar en muchas circunstancias de nuestras vidas, podemos encontrarnos con muchos factores externos que nos provocan situaciones y hacer actos que lo mismo nos arrepentimos pero que por algún motivo hemos llegado a dónde hemos estado, sea como fuere y en las circunstancias que fueron. Lo que quiero decir con esto son varias cosas, una, que me da coraje la gente que habla sin saber o sin haber conocido a alguien cercano y dos que me da aún más coraje la gente que juzga, hace juicios y condena a las personas cuando puede que realizaran actos en consecuencias desfavorables. Con esto último no quiero que se conviertan motivos en agravantes o atenuantes de ciertos actos, simple y llano. 



Somos nosotros y nuestras circunstancias.
Actuamos con respecto a ellas siempre y cuándo éstas nos dejen. 

5 comentarios:

Edmundo Dantés dijo...

Es fácil hablar sin saber, casi tanto como difícil es hablar sabiendo.

Un día un amigo me dijo:
"La vida te enseña poquito a poco a no criticar a los demás, a no opinar sin saber, a no decir : si yo fuese..."

Y su parte de verdad si que tiene.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Voy a dejar caer que casi siempre circunstancias me suena a excusa. Cierto es que hay que estar en la piel del juzgado para poder opinar, y que desde la barrera los toros se ven muy bien, pero... ¿hasta que punto las circunstancias deciden?. Imagino que dependerá de cada caso.

Saludos

Anónimo dijo...

Tu actitud no es nada extremista, es muy light, y me parece que eso es lo principal para no juzgar... pero no todo el mundo es asi jeje.

Yo nunca digo "de esta agua no beberé..." porque parece que antes lo dices, y antes bebes...

Soy bastante diplomática... antes de decir lo que yo haría, o no haría... prefiero escuchar a la persona. No es tan difícil ponerse en su lugar y comprenderlo (aunque uno actuase de otra forma en su lugar).

Besosss

galmar dijo...

Las circunstancias nos pueden hacer comprender muchas cosas, también tenemos que ser conscientes de que a veces nos equivocamos, y otras, acertamos, y otras, es mitad y mitad:) un besoteeee muy grandeeeeeee:))))

Anónimo dijo...

Cuando tomas la decision de hacer algo así luego no valen excusas se hace o no se hace y despues hay que ser consecuente con tus actos, nunca se deben de poner excusas como tu bien has mencionado.
No critico que se haga solo digo que las excusas no me valen, al menos a mi no.