viernes, 4 de junio de 2010

12 Rosas Rojas y una carta




12 Rosas rojas fueron el motivo de su locura.

Mi prima se llama Nuria tiene 18 años y hace un tiempo vino a contarme una experiencia que tuvo, la cual pienso que es preciosa.

Nuria tiene unos ojos verdes, preciosos ojivales escondidos detrás de unas gafas a la moda pero gafas al fin y al cabo, heredados de su padre y de su abuela. En el verano anterior le dije que se dejara de esconder sus ojos detrás de las gafas, la acompañé al oculista y se puso lentillas, cambió radicalmente. Tiene una tez blanca como una muñeca heredada de su madre. No es delgada pero tampoco generosa, tiene curvas, unas curvas normales para una chica de su edad. Está en el último curso de bachiller de ciencias. Es inteligente algo tímida pero divertida. Está en la media de chicas altas de su edad. Es de ese tipo de chicas que llama la atención y a los chicos les da miedo acercarse a ella. Ha tenido ofertas, por supuesto pero digamos que ella nunca veía oportuno salir con alguien.

En fin vino a verme y me contó como conoció a su actual pareja. La vi enamorada, con un brillo especial y siempre tuve la envidia de que heredara ella todo lo bueno.

En febrero el día 12 recibió 12 rosas rojas y una carta que no expresaba nada más que la admiración terrible que tenía X hacia ella. Cuando me enseñó la carta, vi a una persona que escribía enamorada, temerosa al rechazo, ingenua una persona tímida pero solamente por que ella le daba miedo. Mi prima es muy dulce y eso de imponer algo es bueno porque así mantiene lejos a los diversos tipos de cazadores.

En la carta le pedía que se reunieran en el sitio tal a la hora cual. Ella tenía miedo y no se lo creía, me dijo que pensaba que sería una broma realizada por sus compañeros de clase para reírse de ella porque es inteligente pero muy ingenua. Ella decía que no iría, se decía a si misma que no tenía que ir porque lo mismo lo pasaba mal, no sabe lo que es arriesgarse, pero nunca lo sabría y siempre es un buen momento para empezar a vivir la vida y a saber que si no te arriesgas no ganas.

Pues bien ella se puso a una falda a cuadros, su estilo de vestir es muy elegante, me encanta que a veces me aconseje y siempre le dije que tiene muy buena mano con la moda. Llevaba una camiseta de color roja con un escote recto, no enseña apenas pero insinúa y eso es sexy. Cuando llegó la hora me dijo que cambió de opinión unas 500 veces. Que se encontraba buceando en los inconvenientes y en las ventajas de acudir o no a la cita. Ella jamás sospechaba de quién podía ser su admirador secreto. Admirador secreto, hoy en día suena cursi, retro y anticuado decir eso pero es lo que era, tan misterioso tan temeroso. Podía ser una broma porque rozaba la irrealidad, 12 rosas rojas con una tarjeta diciendo un puñado de palabras por alguien que se nota con miedo, algo surrealista tal vez.

Cuando llegó al sitio X a la hora X se encontró sola, se dijo a si mismo que esperaría unos 10 minutos porque siempre hay que dar el beneficio de la duda aunque te de coraje esperar.
Y apareció un chico que ella conocía de vista perfectamente del instituto e incluso habían compartido clase juntos.
Y se dirigió hacia ella y le dijo tímidamente y algo incómodo:-" A que no te lo esperabas"-.
Mi prima me contó que ese chico es el típico que siempre anda con unas y con otras, que liga mucho y que cada semana cambia de novia o de rollete. Ella se dio cuenta de que esperaba a un friki de estos que son muy cortados, tímidos e inocentes y eso a ella no le gustaba porque bastante tenía con su personalidad. Mi prima no se lo explicaba, pensaba muy rápido pero no lograba soltar palabra.

Él la miraba con admiración, con contemplación y deseo. Ella no sabia qué hacer ni qué decir.
Y él le dijo que nunca antes había reparado en su belleza, nunca antes había visto más allá de una chica que saca muy buenas notas y que es tímida. Por eso no se atrevía a decirle nada, no estaban en la misma clase, no compartían palabras algunas y el la veía como algo inalcanzable ya que pensaba que su escasa inteligencia de aprobados escasos sería poco para una persona que nunca se conforma con un notable alto. Por culpa de la hermana de él le hizo darse cuenta que debía lanzarse que se iban los días de clase, se separarían y jamás volverían a verse. Y por eso se lanzó de aquella forma. Reconoció que no hubo un solo segundo que no estuviera aterrado.

Mi prima no daba crédito a todas las palabras y lo calló, con un beso ahogó sus palabras y lo dejó sin respiración. Hoy me dice que no sabe como pudo besarle que no sabe como ella llegó tan lejos.

Lo que él nunca supo y no sabe porque mi prima no se lo quiere decir es que ella siempre estuvo secretamente enamorada de él, digamos que también lo veía inalcanzable.

Moraleja: la espera merece la pena. Y mi prima lleva desde febrero con él y se considera feliz y enamorada.
A mi estas historias me encantan.

1 comentario:

Mandarina López dijo...

oh, a mí también me encantan :)