Ser de muchos lugares pero no pertenecer a ninguno

Estudiando en mi cuarto tuve un momento de reflexión en el que me dije a mi misma que jamás me perdonaría por pensar aquello.

Cuando te dedicas con a cambiarte de casa, o eres de muchos lugares realmente te encuentras con un paradigma en tu vida, porque eres de muchos sitios pero no sientes esa pertenencia a un solo lugar.

Soy de aquí, de mi pueblo, del pueblo de mi madre, del pueblo de mi padre, del pueblo de mi novio, de donde vive mi novio actualmente, de mi antigua casa, de mi casa actual, de la casa de mi pueblo, de la casa de mis abuelos, soy de muchos lugares pero de entre tantos lugares no sé a cual pertenezco realmente.

Sentirse sin un lugar al que pertenecer es una sensación terrible, sin un lugar donde esconderte, al que acudir cuando quieres desaparecer, es una sensación terrible pero pasajera porque luego te recuerdan las personas a las que amas que por lo menos tienen un lugar en el corazón en el que si perteneces.

Hoy me siento sin un lugar propio

Tener a tantas personas que quieren que acudas a su corazón en un momento de incertidumbre es una sensación preciosa, porque te sientes respaldado y aunque cambies mucho de piso, de ciudad, de pueblo o de amigos y trabajo siempre hay alguien que en el momento en que lo pasas mal te grita para que te escondas si quieres en su corazón y no hay mejor vivienda que la que te proporciona un ser querido.

Cuando quieras soledad, asilo, huir, protección, escondite, ese es el mejor lugar.