miércoles, 29 de septiembre de 2010

Almas en espejo.

Almas que viajan en la madrugada, almas que se complementan, almas que lo dejan todo para perseguir un sueño. Almas que son reflejo de voces en nuestra cabeza en las que nos dedican más tiempo del normal. Almas que se sitúan en la carretera delante del coche diciéndote que las atropelles para que así mueran sus ideas descerebradas. Almas que vienen, almas que van, almas que se fueron y las que han vuelto, almas que se ponen de acuerdo, almas que no quieren encontrar la felicidad y se empeñan en tomar siempre las decisiones incorrectas que nos llevan de un extremo del mundo al otro. 

Almas que en la noche se escuchan como gritos ahogados desesperados por un amor que no puede ser, almas que quieren estar con más almas y no pueden, sufren, sienten y padecen. Se arrepienten, se flagelan cuando cometen errores, se dan palmadas en la espalda cuando están orgullosas, almas que a veces nos dan un golpe en la cabeza para que nos realicemos, almas que nos sitúan en situaciones que jamás hubiéramos querido estar. 

Las almas son bipolares, hoy están felices y 10 minutos después están chillando y dejando huella por cada lado de la habitación, dejando marcas que solo se ven en la noche. Las almas nos echan reprimendas, nos dan la enhorabuena. Simplemente hay que saber que ellas son las que están siempre con nosotros. Cuando vemos a una buena mujer con su hijo, cuando vemos a un chico que está de buen ver, cuando vemos que casi se produce un accidente, esas sensaciones que nos provocan que se encoja una parte de nosotros. 

Hay muchas y diversas almas, hay almas que son de una manera y otras de otra, almas que velan por nosotros y otras que nos hacen velar. Somos almas, pasajeras, viajeros, que nos obligan a decidir, a disfrutar, pasajeros que ataviados con sus mochilas, macutos, petates parten en un viaje por el camino más famoso de España. 


Nunca he sentido mejor sensación que la de encontrarme con mi vocecita interior, con mi alma, con mi pensamiento, con la de mi pareja o mejor amigo, con mi alma y saber que estoy de acuerdo o que puedo contar con ella. Almas que tienen alas, almas que poseen sabiduría, almas que se dejan una parte de ella por cualquier lado cual pulgarcito dejaba un rastro para volver al lugar del que partió. 

Y así es y así somos un ying que buscamos un yang, un blanco que buscamos que no digan negro o viceversa. Son almas que al fin y al cabo se unen para demostrarnos que somos personas al fin y al cabo, que todo se rige por el si y el no, por la noche y el día, por el ying y el yang, por lo blanco y lo negro, alguien que nos lleve la contraria, alguien o algo que nos haga ver la diferencia. 

2 comentarios:

galmar dijo...

:) qué gusto leerte:))) muacssss

Mar. dijo...

Siento no poder seguirte en condiciones, ando demasiado liada, un gusto leerte, aunq aún se me hace raro que escribas así (Me acostumbré a la JusJus cachonda y cínica xDD)

Genial el de la rosa negra... siempre me sentí así...

Un beso!! :)