jueves, 30 de septiembre de 2010

Amantes.




Esta entrada viene desde el blog de Kelevra, al cual le propuse saber su opinión al respecto sobre los amantes y le doy una respuesta en la que no espero convencer de nada simplemente aportar mi opinión. De las infidelidades y sus tipos ya hablaré otro día.

Amantes que se ocultan a los ojos de la gente porque está mal visto, amantes que se reúnen en encuentros furtivos. Comparten el asiento trasero de un coche, la expectación de que el tercero llegue a casa en el peor momento, la espera a poder verse tranquilos.

Ellos que se fueron en la madrugada por un deseo realmente imperioso, se fueron a un paraíso para despedir sus actos amorosos, sería la última vez que queriendo no se volverían a ver. Se dieron cuenta que estaban haciendo demasiado daño a otras personas.

Los amantes. Personas que se aman en un camino oculto o tercera vía de la relación. Quiero decir que lo mismo mi opinión sobre este tema se ve algo o bastante influido por mi edad y mis escasas experiencias. Lo mismo mi idea de los amantes y las terceras relaciones está algo idealizada.

Creo que tener un amante es perjudicial en una pareja porque el amante juega un papel fundamental en esa relación que pasa a convertirse a tres. Cuando tenemos un amante y nos enfadamos con nuestra pareja automáticamente pensamos que esas situaciones no la habríamos vivido con el amante. Establecemos una balanza interior que nos da la seguridad que necesitamos, si la balanza se inclina a favor del amante es porque la pareja hizo algo mal o consiguió enfadarnos de algún modo y viceversa. Entonces siempre la relación se verá enturbiada y cuando una mujer con pareja prefiere estar más tiempo con el amante que con la propia pareja sigue siendo más perjudicial porque se va minando esa relación.

Creo y pienso que el primer motivo para tener un amante es un mal sexo, una mala comunicación y un descontento general con la monotonía.
En las relaciones cuando se han hablado todos estos temas, cuando se ha intentado poner solución a estos temas de forma fallida, qué nos queda? Dejar a la persona que queremos porque el sexo es malo, la monotonía es constante y la mala comunicación asusta? A lo mejor a estas personas que optan por tener un amante piensan que así mantienen una llama viva. Llamadme ilusa pero las parejas que llevan mucho tiempo y no quieren dejar a sus maridos, parejas, novios, etc. es por amor, por compromiso y que falle una parte de la relación no es escusa suficiente para que lo pase mal la persona con la que se rompe.

El amante piensa que está soltero, que el no le hace daño a nadie y si no se engancha ni se enamora le da igual. La amante que tiene a su pareja piensa que está mal pero después de haberlo hecho, es como disparar y luego arrepentirse pero volver a disparar también. Que piensas en lo malo no sirve de nada porque ya está hecho. Y la persona que se entera que su pareja tuvo o tiene un amante se siente traicionada, sucia, engañada, menospreciada y poco querida.

Pero yo quiero decir, hasta qué punto tenemos compromiso con una pareja como para hacerle tal daño. Pienso que tener un amante por que el sexo es malo o porque deja mucho que desear está bien siempre y cuando no se interpongan sentimientos más profundos, está bien porque cuando se ha hablado con tu pareja hasta la saciedad, cuando le has advertido y no ha hecho caso lo mismo no queda otra solución, lo mismo no hay otro sacrificio que se deba hacer, lo mismo no queda otra.

Un amante siempre perjudica mucho una relación tarde o temprano pero cuando la relación está perjudicada ya, rota, monótona y no hay nada que hacer eso es un añadido más que nos da igual.

Conozco a una persona que siempre se enamora de personas casadas, con novios, o mucho mayores que ella y no puede hacer nada. Ella siempre dice que está soltera y que le da igual dice que a la persona que no le debería dar igual es a la que tiene pareja y se olvida de eso en los momentos y debo decir que ella no seduce, que ella no es la que está engatusando que eso es cosa de dos. Siempre las personas que al final se enteran le echan la mayor parte de la culpa a la tercera persona cuando no es así porque la culpa la tiene ambos y más la persona que se olvida de la pareja por un polvo, hablando mal.

Quiero decir que creo por otro lado que a veces nos encontramos en la situación que nos atrae alguien y ese alguien se da cuenta, se aprovecha para bien o mal y terminamos teniendo un amante o sentimientos. Creo que se puede parar pero que las personas tenemos que tener una fuerza de voluntad y las ideas muy claras para saber decir que no algunas veces.

En conclusión y resolución digo que un amante al fin y al cabo perjudica una relación pero si ya estaba perjudicada realmente no es que sea un gran daño.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigo sin entender el porqué no romper con la pareja original cuando hay ciertas carencias insalvables e irreparables.
Es cierto que puede ser por miedo a la soledad, o por cariño, o por muchos años juntos, o por no querer mirar a los problemas y distraer la atención con una solución por la vía rápida, pero cuando existe un amante es por algo, y como bien dices un amante no soluciona, al revés, casi siempre empeora las cosas.

Imagino que para poder hablar con propiedad en un tema como este habría que vivirlo y conocer las verdaderas razones y sensaciones. A los inexpertos sólo nos queda especular e intuir, pero seguro que hay algo de lo que o bien nos olvidamos o bien no tenemos en cuenta.

Un saludo y muchas gracias por el feedback y por la idea.

Elvis dijo...

Con permiso entro en vuestro debate.
Creo que en una pareja sólo caben dos, y la intromisión de una tercera persona sin el consentimiento de ambos siempre rompe la pareja en algún sentido.
Tener un amante es algo bastante grave, lo suficiente como para pensar que esa pareja está condenada al fracaso. No es una infidelidad producto de "echar una cana al aire" en un momento aislado, si no una acción continuada y reiterada. Por lo tanto para mi no es perdonable como lo pudiera ser un desliz en un momento de debilidad. No se puede estar en la procesión y repicando al mismo tiempo, o lo uno o lo otro, lo demás es engañar a su pareja y engañarse a si mismo.

Pero a parte de los posibles problemas de una pareja que puedan provocar la infidelidad, existe otro más difícil de controlar y es nuestra propia naturaleza. Por mucho que la sociedad se empeñe en poner normas a las relaciones de pareja, nuestra naturaleza no es monógama, y nuestro instinto animal es el que nos impulsa a cometer tal despropósito. Sólo quienes tienen suficiente fuerza de voluntad para controlarlo consigue ser fiel.

Saludos cordiales.

teologiadeS dijo...

Kelevra: Creo que no se deja a la pareja cuando sufren esas cosas por la esperanza a que algún día mejore, por el miedo a la soledad y por la cobardía de construir algo nuevo. Supongo que las personas prefieren tener algo aunque sea poco antes que no tener nada. Siempre diré que está mal, que al final siempre se sufre mucho pero depende de la persona que esté en su conciencia o no.

Elvis: estoy de acuerdo contigo, una vez puestos los cuernos es mejor no replicar porque eso significa que no se conforma uno con nada. Simplemente hay que ser fuerte eso es cierto. Y también hablaré de las infidelidades distinguiendo de canas al aire que de acciones reiteradas.

Saludos y gracias por debatir.

Pilar Abalorios dijo...

Tienes pareja, las cosas van normal, te enamoras o encapricjhas de alguien y enseguida te justificas, lo nuestro no iba bien, hay tanto que nos faltaba, él (el amante) llena un gran hueco.

Somos expertos en justificar nuestras elecciones, es lógico nos queremos.

(Solo por dar otra opción)

Un beso