miércoles, 1 de septiembre de 2010

Desvarío...


Un suspiro que se cortó, una noche que jamás apareció, un balcón que nunca se cerró, una puerta que rehusó abrirse por el chirriar de las bisagras y un colchón que no esperaba su visita.

La negación que me daba el corazón se debatía con la vía libre que me daba la razón y no, sucedió al revés, en este caso no lo deseaba pero era bueno para mi. Al mirar por la ventana y ver esa maravillosa luna que había salido después de que el sol le dejará el ambiente caldeado sentí frío y calor al mismo tiempo, sentí que se estaba haciendo pesada la estancia en esa habitación, sentí que el momento tan temido se acercaba, mis corazón a mis pies le gritaban con un tono desesperado corre y por otro lado mi cabeza le gritaba la sensatez de estarse quieto y callado.

Otra vez más el debate intenso y eterno que no pone el punto final, que está repleto de comas, puntos y seguidos, de puntos y apartes, de paréntesis y descansos pero no de puntos finales. Unos se gritan a otros que salga por esa puerta y otros que me quede porque el intento será fallido ya que la puerta está encajada.

Si quiero, puedo. Eso me gritaba mi interior mientras las lágrimas recorrían mis mejillas en una sala que por decirle ese nombre denotaba misterio y aflicción. Una mezcla de sentimientos se dieron cita en aquél lugar y a aquella hora tan temida por todos, se dieron cita para hacer uso de la violencia tan recurrida y cansada de intervenir con estos temas.
La ira, la culpa, la pasión, la ternura, la desesperación, la espera, todos los sentimientos comenzaban a llegar en fila unos detrás de otros charlando como si aquello fuera una bacanal, ajenos a todo lo que en breves momentos surgiría.

Por otro lado, los peluches de aquella habitación compraban palomitas y chucherías varias para hacer presencia en una de las guerras más encarnizadas y dolorosas que esas 4 paredes jamás presenciaron, se sentaban todos a comentar mis actitudes, mis pasos en falso, mis errores pero no mis logros. La fuerza de un ser humano se puede medir, pero hay fuerzas interiores que son más poderosas incluso y cuando salen dejan ver todo su arsenal y muestran que la fuerza medida tiende a cometer errores, las ciencias, las medidas exactas no tienen en cuenta los factores sentimentales, variables bastante importantes y dignas de mencionar, por eso no son tan exactas.

Pues allí se encontraron todos mis sentidos, allí, donde se habían dado cita todos los entramados de mi cuerpo para ver como dejaba escapar aquello que tanto amaba y destruía mi existencia por un simple comentario, por 4 palabras que suenan mal pero sientan bien dependiendo de a quien se lo digas, por un tono y unas segundas ideas que si sabes leer entre líneas las encuentras fácilmente. En aquellas 4 paredes a las que siempre vuelvo y en las que debería hacerse dos fotos una del pasado y otra del presente para explicar las 8 diferencias que se sitúan en mi cuerpo.

1 presencia en cuerpo y muchas más en alma, una presencia que teme todas y cada una de las reacciones que se van a llevar a cabo, una presencia en cuerpo que hoy añora todo lo que antes le daba la calma, se acerca la tormenta y debemos prepararnos, debemos poner tablas a las ventanas y sujetar muy bien los cimientos porque no sabemos qué magnitud lleva la tormenta o cuál es su nombre, esta persona, este cuerpo se va al sótano con unas provisiones de helados y chucherías varias para todo un mes por si acaso se termina el mundo, un buen libro y un periódico del día de hoy. Preparada para ver la guerra y sus consecuencias.

Esta serie de varias incongruencias se dan lugar porque una vez más las apuestas están hechas y la guerra va a comenzar, hay que posicionarse del lado ganador si se quiere sacar tajada, la razón o el corazón.

A veces el corazón tiene razones que la razón desconoce.



4 comentarios:

I need a miracle dijo...

Y tu quién crees que ganará?? Acaso siempre vence el o la misma??

Es guerra o batalla campal es recurrente no basta con ganra una, puesto que cada cierto tiempo nos enfrentamos o vemos envueltos en otra y otra, y otra mas....

Besos y que gane el mejor ;)

teologiadeS dijo...

Sies: pues no siempre vence la misma porque cada día hay luchas diferentes, tienes toda la razón.

No sé quién ganará pero en fin ojalá el tiempo me lo diga.

Otro beso.

Pilar dijo...

¿no vas a tomar partido? Quizás sabes ya el resultado de la inutil batalla.

teologiadeS dijo...

No puedo tomar partido, sería inútil porque entonces luego toca arrepentirse, negarse, etc. Mejor dejar que los sentimientos tomen partido ellos solos. En esas luchas los mediadores son muy odiados.