miércoles, 28 de julio de 2010

Al borde del abismo


Al borde del abismo me di cuenta que todo merecía la pena. Las situaciones límite, las situaciones que nos hacen tomar medidas precipitadas y de forma rápida son las situaciones que nos hacen ver todo con más aprecio.

Y así fue, me dirigí al precipicio, corriendo como alma que llevaba el diablo, desesperada por si tomaba las decisiones que no son correctas, porque aquella persona estaba para saltar. Aquella persona por mucho odio, rencor o pena que tenga no debe hacerlo y no puedo soportar que quiera terminar con todo así. No son maneras. Eso queda en nuestra conciencia, podemos hacer todo el daño del mundo pero la cuestión es que las personas no se precipiten cuando saben que hay un mínimo de posibilidades de cambiar la situación que tenemos.

No son formas, nunca lo fueron y no lo serán por eso debemos intentar que las personas tengan otra oportunidad si no saltan al abismo. Hay que saber concienciarse de que la vida es dura y dolorosa muchas veces, también debemos no tirar la toalla porque cuando parece que lo hacemos las cosas puede torcerse para bien o para mal.

"El que cae desde una dicha bien cumplida, poco le importa cuán hondo es el abismo" Lord Byron

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Es un tema delicado. Yo creo que por muy al borde del abismo que se sienta una persona, no debe saltar... la vida da tantas vueltas, que nunca se sabe lo que te espera... quizás a esa persona le esperaba algo maravilloso para compensar su sufrimiento. Nunca se sabe...
Besitos!!!

África dijo...

La palabra abismo la considero una palabra muy fuerte..
Una vez tuve la necesidad de utilizarla y la verdad esque me trae muy malos recuerdos.

I need a miracle dijo...

Sin duda las situaciones límite, los bordes de los precipicios te ayudan a dar otro enfoque y con suerte, a dar un giro de 180º a tu vida. No está mal conocer el peligro el riesgo alguna vez en las vidas, para valorarlas mas y mejor.

Pero nunca, nunca dejarse caer al abismo, es muy difícil, a veces imposible salir de allí

Un beso, me encanta la fotografía

Pilar dijo...

Saltar del acantilado, esperando dejar atrás todo, es una decisión tan personal que no me siento capaz de juzgar; pero creo que sería incapaz de presenciarlo sin luchar por mostrar un ápice de esperanza.