viernes, 2 de julio de 2010

Las estrellas...




Y mirar la noche estrellada desde aquel maravilloso prado en el que nuestros besos eran indiferentes y nuestros actos inigualables a la fauna que nos rodeaba y continuaba ajena a nuestros actos.

Cuan maravilloso es poder relatar como una noche de verano se convirtió en la mejor noche de muchos veranos. Teníamos una manta y un saco de dormir que al abrirse parece una cama de dos metros. Teníamos una linterna, unas cervezas y un cielo estrellado totalmente raso, empezaba a hacer algo de fresco pero nos daba igual porque nuestra temperatura corporal a medida que pasaban los segundos subía de temperatura.

Aquella noche me di cuenta que esa persona siempre estará conmigo, siempre será mi persona especial.

Un segundo con esa persona te hace olvidar toda una vida de angustias. Un sentimiento de derrota, un sentimiento que tenemos cuando suspendemos muchas asignaturas, cuando tenemos un día terriblemente malo en el trabajo, cuando nos deja nuestra pareja, cuando alguien se muere, ese sentimiento de derrota, de preguntarte una y mil veces porqué a ti y porqué ahora.

Ese sentimiento, esa pregunta derrotista en la que seguidamente la respuesta es más derrotista todavía. En esta vida todo me va mal, por lo menos sé que no puede ir peor porque sino ya me suicidaría, etc.

Cuando estuve con él todos esos sentimientos desaparecieron de mi mente, todos esos malos momentos, regulares momentos, sentimientos encontrados, etc. Todo eso se despejó con una simple mirada al cielo.

Hay personas egoístas y personas altivas, maleducadas, bien educadas, respetuosas, en fin todas las personas somos de una manera y con esto quiero decir que la gran realidad es que cada persona ve la vida desde su punto de vista y desde sus circunstancias. No somos egoístas, somos egocéntricos pero en el buen sentido. La vida se ve desde nuestros ojos y cuando tenemos malos sentimientos como los que mencioné una simple mirada al cielo, a ese mundo infinito, enorme, grande, potente, mágico. Cuando vemos eso nos sentimos un pitufo en el mundo, algo pequeño, insignificante y sin sentido.

Una persona a la que terriblemente admiro me dijo que no me quejara por tener un mal día, que no me quejara por mis circunstancias porque eso al resto del mundo le da igual. Simplemente igual... También me dijo que hay personas que están peor que nosotros ya que siempre hay alguien que lo pasa peor.

¿Somos culpables de nuestro sino? No lo sabe nadie, pero viendo el cielo y las estrellas podemos ver que no debemos preocuparnos por situaciones en las que pensamos el porqué a mi... En ese momento debemos recordar que hay gente que está peor y que quejarnos no sirve de nada.

Yo me olvidé de todo en ese momento y cuando me acariciaste, me miraste a los ojos y me dijiste que mañana sería otro día el sentimiento de seguridad y felicidad por un segundo llegó a mi vida.

4 comentarios:

Martha dijo...

A veces, una persona, sin intención de hacerlo, ahoga todas nuestras quejas...Encontrar a esa persona, es lo mejor que le puede pasar a alguien! ^^

África dijo...

''hay personas que están peor que nosotros ya que siempre hay alguien que lo pasa peor''
Tantas veces escuche esa frase.. tantas que la aborrecí, además no estoy nada de acuerdo ¿ Como que siempre va haber algien que lo pase peor que yo? acaso sabe alguien como me siento? como se sabes la existencia de ese alguien?

Saludos :D

Irene P. dijo...

Hay personas de todo tipo la verdad, tengo la esperanza de que todos tengamos un trocito de bondad por muy egoista o mentiroso que pueda ser...
Unbeso!

Danna. dijo...

Me encanta esta entrada. Estoy totalmente de acuerdo con lo que escribes, al fin y al cabo siempre hay alguién que supera nuestro sufriemiento.
Saludos.