martes, 20 de julio de 2010

Paz.


Paz. Tranquilidad. Sosiego. Calma. Cuál es el factor en común de estos aspectos de una persona, de una vida o de una sociedad.

Que se comparten estos factores, que se unen para llegar a un estado de calma. La calma, aunque sea en un simple momento cuesta encontrarla.

Creo en el Karma, creo que hay una fuerza superior que se cobra toda la maldad a cambio de algo de felicidad. Creo que el Karma es sabio, antiguo y bastante responsable. El karma a mi juicio se posee cuando nos sentimos bien en nuestro interior, cuando nos sentimos bien realmente, sin trampas ni cartón, sin tener la necesidad de algo material.

Estando en la playa, no en una playa cualquiera caracterizada por la cantidad de gente, me sentí en calma. Ese día era para priorizar mis necesidades, mis gustos, mis sentimientos, mis pasiones y mi estado interior. Me encontré en calma porque me di cuenta que simplemente soy una más en un mundo enorme, que visto desde arriba no llegaré ni a parecer una hormiga, pareceré algo insignificante.

El mar con su grandeza me demostró que soy pequeña, el mar con todo lo que su interior esconde me pegó una voz y me dijo que no me alarmara que no tengo porqué. "Párate y piensa que no eres nada comparado conmigo".

Todo lo que el mar esconde es grandeza, belleza y un mundo con complejas redes. Estaba en la playa, una desierta y bastante grande por cierto. Una playa con rocas, en las que las olas rompían para hacer sus sonidos y denotar su presencia.

Cuando ves que eres insignificante con respecto a los demás y al resto del mundo te das cuenta que relevas a segundos y terceros planos la forma de vestir, la forma de hacer ciertas cosas, la forma de elegir las parejas, las formas en las que puedes creerte superior o algo así porque siempre hay alguien mejor que nosotros y no debemos competir por el simple gusto de superar a los demás. Tenemos que competir por el gusto y el placer de superarnos a nosotros mismos. Para decirnos que un día hicimos todo aquello por nosotros y no por nadie más.

Todo esto se puede reflexionar en una tarde de playa, realmente te puedes dar cuenta en cualquier momento y en cualquier lugar. Sólo depende de mi reaccionar y hacer algo para ser mejor persona.


Un golpecito que te da una ola y te das cuenta de muchas cosas.

Esta es la imagen que realmente me cautivó.



4 comentarios:

Mandarina López dijo...

No hacen falta unas largas vacaciones para cambiar el chip. Me he aplicado muchas cosas de esta entrada ;) mua!

galmar dijo...

:) cuánto provecho de un día de playa :)) muchas gracias por tu comentario :)) y muy feliz día del amigo :))) biquiñossss

Pilar dijo...

Cuando enfrentamos la grandeza del mundo, ante el mar o el cielo, y nos damos cuenta de que tantas lágrimas no llegan jamás a ser más que una pequeña gota saltando de un vaso diminuto, lo importante se revela.

Pero hay que querer escuchar, como tú lo haces

Edmundo Dantés dijo...

Erraste el mensaje del mar, lo que el mar dice es:
Si no fuese por tí, no tendría nadie con quien hablar, si no fuese por ti, yo estaría mudo.

Como dijo Lao Tse:
Busca lo fácil en lo difícil.
Descubre la grandeza de lo pequeño.


Y es que el mar llora tanto cuando tu te marchas, como tu lloras cuando no puedes estar con él.

Pd: Me gusta pasar las horas mirando al mar sin meter en el mas que las puntitas de los dedos, en el fondo, meterse en el sin pedirle permiso es como violar a quien nos dio la vida... ¿Entrarías en una persona sin su permiso?